Asís Canales, delegado institucional de la compañía energética en Euskadi, ha puesto el foco en el papel esencial de la electrificación y el desarrollo de las renovables para lograr una descarbonización masiva de la economía.
Alberto Amores, experto en energía y recursos naturales de Monitor Deloitte, ha destacado las oportunidades de innovación, desarrollo tecnológico y creación de empleo que conlleva la apuesta de la UE por la descarbonización.
La Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi, ADYPE, ha celebrado esta mañana en Bilbao una conferencia-coloquio con la intervención de Asís Canales, delegado institucional de Iberdrola en el País Vasco, y Alberto Amores, socio de Monitor Deloitte y responsable del grupo de Estrategia Corporativa de Energía & Recursos Naturales, en el que han analizado los principales retos y oportunidades que la transición energética presenta para Euskadi.
La ponencia principal ha corrido a cargo de Asís Canales, quien ha destacado que “frenar las consecuencias del cambio climático es el gran reto de futuro” al que se enfrentan empresas, gobiernos y la comunidad internacional en su conjunto. Y para ello, es esencial descarbonizar la economía a través de “una transición energética acelerada”.
En este sentido, para el máximo directivo de Iberdrola en Euskadi, uno de los principales retos es la electrificación, ya que “las tecnologías eléctricas son las únicas que pueden descarbonizar masivamente” el sistema energético. Tecnologías como el vehículo eléctrico o la bomba de calor “ya lo hacen posible a un coste cada vez más competitivo”.
Por supuesto, el desarrollo de las energías renovables es también un factor de primer orden para alcanzar ese objetivo de descarbonización. Euskadi tiene retos importantes en este aspecto, pero también cuenta con un tejido empresarial en sectores como las renovables, las redes eléctricas y la movilidad que le sitúan en “una posición de privilegio para tener un protagonismo destacado en la transición energética”.
Asís Canales no ha querido pasar por alto las últimas medidas impuestas por el Gobierno para abordar el problema del incremento del precio de la electricidad, y que en su opinión “penalizan” esta hoja de ruta hacia la descarbonización. “No solucionan la volatilidad que está sufriendo el mercado regulado y tratan de reducir el peso de costes ajenos al sector con recortes que dejan a eléctricas, sector de renovables, consumidores e industria en una situación comprometida, poniendo en riesgo las inversiones necesarias para consolidar la transición energética y la recuperación económica”, ha asegurado. Y ha recordado que “mientras el precio del mercado mayorista afecta al 12% de la electricidad consumida, el recorte de ingresos aplica al 85% de la energía”.
Apuesta de la UE
Por su parte, Alberto Amores ha incidido en la apuesta decidida de la Unión Europea para avanzar hacia la descarbonización, liderando la acción política y regulatoria a nivel mundial, “a pesar de que sólo representa el 9% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero”.
Una apuesta que queda plasmada en el último paquete de propuestas legislativas presentado el pasado mes de julio, el llamado “Fit for 55”, que aboga por la neutralidad climática en 2050, la reducción de emisiones para 2030 en un 55% -frente al anterior objetivo del 40%- y un 40% de penetración de las energías renovables -frente al objetivo anterior del 32%-.
Para el experto en energía y recursos naturales de Monitor Deloitte, esta redoblada apuesta europea por la descarbonización incide en el objetivo geoestratégico de reducir la dependencia energética europea y su factura millonaria,” pero también tiene un racional de desarrollo tecnológico, de aumento de la actividad económica y de creación de empleo en sectores clave”.
En este sentido, Alberto Amores ha recordado que “más del 39% de los Fondos Next Generation EU (140.000 millones de euros) se pretenden dedicar a actuaciones directamente relacionadas con la transición ecológica”. Y en concreto se dedicarán más de 18.000 millones de euros a financiar “proyectos relacionados con la energía, como el desarrollo de renovables innovadoras, almacenamiento, hidrógeno, movilidad sostenible, redes inteligentes, rehabilitación de viviendas, etc”.
En definitiva, ambos ponentes han coincidido en que la transición ecológica supondrá una importante transformación de la economía europea, española y vasca, que ofrecerá oportunidades enormes de innovación y modernización, de desarrollo tecnológico e industrial, de creación de nuevas actividades y modelos de negocio y de nuevos empleos de alta calidad.