Adype | Nekane Balluerka analiza con ADYPE su labor directiva como rectora de la UPV/EHU
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17 enero Nekane Balluerka analiza con ADYPE su labor directiva como rectora de la UPV/EHU

La rectora de la Universidad del País Vasco ha puesto de manifiesto la complejidad de dirigir una entidad que cuenta con un presupuesto de 410 millones, 3 campus, 55.000 estudiantes y más de 4.000 profesores e investigadores.

La Asociación de Directivos y Profesionales de Euskadi, ADYPE, ha celebrado esta mañana en el Gran Hotel Domine Bilbao un desayuno-coloquio con la participación de Nekane Balluerka, rectora de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), quien ha explicado las similitudes –y diferencias– entre dirigir la universidad pública vasca y una empresa al uso.

Una cuestión que no es menor, dadas algunas de las cifras expuestas por la rectora: En la UPV/EHU se matriculan más de 55.000 estudiantes cada año, cuenta 4.447 docentes e investigadores y el personal de administración y servicios asciende a 1.900 empleados, todos ellos repartidos entre sus 3 campus, 20 facultades y 111 departamentos. Si a ello le añadimos que existen en el seno de la Universidad 300 grupos de investigación, que se presentan entre 10 y 15 patentes anuales o que de ella han surgido más de 150 empresas emergentes de base tecnológica (ocupando el 5º puesto del ranking español en la creación de las denominadas spin-offs), nos podemos hacer una pequeña idea de la complejidad que representa esta labor directiva.

Para ello, la UPV/EHU cuenta con un presupuesto de 410 millones de euros, de los que un 75% procede de fondos públicos del Gobierno Vasco, un 11% se generan con recursos propios (tasas, servicios editoriales…) y un 12% de la actividad investigadora. Del total, un 77% se destina a pagar los sueldos de los empleados (profesores, administrativos, etc.) y otro 11% a gastos ordinarios, lo cual “no nos deja demasiado margen”, ha asegurado la rectora.

Por otro lado, una dificultad añadida, al tratarse de una universidad pública, es que está sometida a “un marco normativo muy rígido que dificulta la toma de decisiones”, ha explicado Balluerka, para quien sería deseable una mayor “estabilidad financiera y autonomía en la gestión”, así como “una estructura más flexible” y estar sometida a “menos burocracia”, que dificulta desde la propia labor investigadora hasta la “captación de talento”.

Precisamente en lo que respecta a la investigación, la rectora de la UPV/EHU ha hecho una encendida defensa de esta labor en la Universidad, ya que “mejora la docencia, permite captar más recursos, mejora el desarrollo profesional de las personas y la vincula más con la sociedad”. “Una universidad que no investiga no es universidad”, ha sentenciado.

Ya en el turno de preguntas, y a la cuestión sobre una posible degradación del valor de los másteres universitarios a raíz de las noticias surgidas en los últimos meses en torno a las facilidades recibidas por diversos cargos políticos para obtener un título, Nekane Balluerka ha asegurado que se trata de un caso aislado de “un instituto adscrito a una universidad, que no se puede trasladar al sistema universitario español y mucho menos al vasco, donde sus tres universidades están sometidas a unos controles muy estrictos”.

Mujeres y carreras técnicas

Por último, a la pregunta sobre el supuesto desinterés de las mujeres por las carreras técnicas, la rectora ha recordado que estas vocaciones están disminuyendo no solo entre las mujeres, y ha matizado que si bien es cierto que algunas ingenierías cuentan con muy pocas matriculaciones de chicas –como, por ejemplo, automoción-, las hay también en las que las mujeres son mayoría, como es el caso de ingeniería química, mientras que otras, como telecomunicaciones, están más equilibradas.

En cualquier caso, Balluerka ha reconocido que existen carreras más feminizadas y otras masculinizadas. En este sentido, ha adelantado que la UPV/EHU está valorando organizar un campus femenino en Gipuzkoa este mismo verano con el objetivo de “captar chicas para carreras técnicas”. No obstante, romper esta inercia que parece dirigir la orientación académica en función del sexo es “un trabajo que se debe hacer desde bachiller”, y que “corresponde también a las propias familias y a toda la sociedad en general”.